Guillermo Cabrera Infante (Cuba 1929 – Londres 2005) es el autor de esta serie de artículos que conforman este libro: «El libro de las ciudades», que hoy he sacado de mi biblioteca para comentarlo aquí.
Habla de ciudades que han tenido una influencia en su vida de una manera u otra, así, nos encontramos con su visión de Londres (con detalles dignos de formar parte de la mejor guía de viajes de esa ciudad), Bath, Bruselas, París, San Sebastián, Madrid, Peñíscola, Torcello, Venecia, Alice Springs, Nueva York, Las Vegas, Miami, Rio de Janeiro y Bahía, con el trasfondo de La Habana en muchas de las descripciones.
Personalmente es un libro que me encanta, por eso hablo de él. Bien escrito, como no podría ser de otra manera, explora y muestra ambientes de todas esas ciudades y lugares desde un punto de vista inédito.
Os lo aconsejo si no lo habéis leído.
En la contraportada leemos:
«El hombre no inventó la ciudad, más bien la ciudad creó al hombre y sus costumbres. La ciudad como la conocemos se originó posiblemente en Asia entre el sexto y el primer milenio antes de Cristo. Pero es en Grecia, donde la ciudad -Estado o polis, que la idea de ciudad llegó a su cumbre con lo que Aristóteles llamó «una vida común para un fin noble». En Roma, creadora del Imperio Romano, la ciudad, Roma misma, edificada originalmente sin plan ni orden, creció hasta convertirse en un modelo de otras ciudades creadas a su imágen y semenjanza.
Pero la ciudad ha sido destruida más de una vez por el hombre que creyó crearla. Según la leyenda Nerón incendió Roma , pero Roma fue reconstruida y vive hasta nuestros dias: la única ciudad que es una lección de historia. Otras ciudades, como Berlín y la Habana, han sido destruidas por la guerra o por la desidia de sus gobernantes . De hecho La Habana hoy parece una ciudad derruida, no desde el aire como Berlín, sino desde dentro. Pero Berlín, como la Roma antigua después del incendio, ha sido reconstruida y La Habana guarda una extraña belleza entre las ruinas.
Es así que he buscado en otras ciudades el esplendor que fue La Habana.
Guillermo Cabrera Infante».