Entre las muchísimas invitadas a la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton vamos a ver a unas cuantas que han sido testigos de este acontecimiento, calificado como la boda del siglo. Repasemos su estilismo.
Hay que tener en cuenta que es una boda de mañana y que existe, en casos de bodas de este nivel, un protocolo bastante estricto. Las señoras deben llevar un vestido con chaqueta o no, o bien un vestido con abrigo, siempre de corto. Deberán llevar asimismo un tocado, un sombrero o una pamela.
Discretísima la princesa Letizia. Con un vestido rosa terracota de Felipe Varela en muselina plisada y con bordados imperio en hilo. Los zapatos eran de Magrit, y completaba su look con unos guantes de ante y bolso de boquilla. Iba elegante, estaba guapa, pero no será un modelo que pasará a la historia.
Vamos con el sombrero de la princesa de Asturias. Era la primera vez que la veíamos con uno, y en mi opinión ha desaprovechado la oportunidad para lucir algo que, sin dejar de ser elegante, hubiera podido arriesgar. Para mi gusto un tocado más ligero y de un tono contrastado la hubiera favorecido más.
La reina Sofía llevaba un traje chaqueta en un tono malva de Margarita Nuez, muy en su estilo, también fiel al mismo, no llevaba sombrero sino un tocado discreto a tono con el traje.
Carole Middleton, la madre de la novia, iba ideal para mi gusto. Elegantísima con un vestido y un abrigo de Catherine Walker y una discreta pamela de Jane Corbett. Creo que acertó plenamente en su elección, ya que su papel de madre de la novia la constreñía a un estilismo discreto pero no anodino. Lo consiguió.
La reina Isabel de Inglaterra iba de amarillo…¿demasiado amarillo? Para mi gusto no ha acertado en el color. El amarillo es un color que creo que es dificil. El vestido era de Angela Kelly. Llevaba un broche impresionante que tiene el nombre de «el nudo de los amantes verdaderos». Era lo más bonito.
Acertada Camila Parker. La originalidad de su abrigo en dos tonos pastel con aplicaciones en la cadera, el tableado de la falda le daba un aspecto airoso. El abrigo y elvestido eran de Anne Valentine. La pamela, de las más bonitas, de Philip Treacy.
Victoria Beckham vestida de Victoria Beckham, en un modelo premamá. Lo que ya no eran tan apropiados para una embarazada eran los zapatos de Louboutin, con una plataforma excesiva.
Ana de Inglaterra. No he conseguido saber quien era el diseñador de su abrigo estampado y vestido lavanda, pero visto el resultado tampoco nos perdemos nada.
Las princesas Eugenia y Beatriz, de Armani alta costura. No voy a opinar, son demasiado jóvenes.
Charlene Wittstock, de Armani Privé, en un color que oscila entre el azul pastel y el gris. Sobria.
Máxima de Holanda, en un verstido de encaje nude, otra invitada con un tono discreto. Llevaba un turbante que la favorecía.
Victoria de Suecia, con un modelo de Elie Saab en tono coral y pamela a tono.
Lady Helen Taylor, en vestido y abrigo azul. Animaba el conjunto con unas flores blancas en el casquete con redecilla que llevaba.
Zarah Philips, prima del novio. Una de las invitadas con la pamela más llamativa, es de Paul Costelloe, en un gris plomo que contrasata con su abrigo gris plata.
Samantha Cameron, esposa del primer ministro, con un vestido color aguamarina de Burberry, chal naranja y sandalias beig. Su tocado era minúsculo, parecía más un pasador.
Sophie Rhyss-Jones con un vestido de Bruce Olfield y un favorecedor tocado de Jane Taylor.
La española Miriam González, esposa del viceprimer ministro Nick Clegg, con un look atrevido de Miguel Palacio en gasa blanca punteada en negro y un tocado naranja de Conchitta.
Guapísima la dama de honor, Pippa Middleton. Llevaba un vestido fantástico de Sarah Burton, la misma diseñadora del vestido de la novia en crepe marfil. Su tocado consistía en unas flores a modo de pasador que recogían parcialmente su melena. En contra de algunos comentarios que he oído, a mi me ha parecido muy adecuado que fuera de blanco. Era la dama de honor principal, e iba a conjunto con las damitas que formaban parte del cortejo que acompañaba a los novios, y no parecía un pegote de color detrás de la novia. Además es muy guapa.
A la vista de estos y otros modelos que ya iremos viendo, pienso que es más facil que las invitadas acierten cuando van de fiesta, o con trajes de gala, que en una ocasión así, donde algunas se pasan, muchas no llegan y sólo unas pocas triunfan. No es nada facil.
hermosa muy bellos